Con estos consejos la dejarás como nueva desde el primer día.
1. La vitrocerámica es un sistema de cocción que se impuso en los últimos años como sucesor de las de gas. Funciona con electricidad en lugar de con gas. No obstante, su mayor diferencia es en la forma la de lavarla. Limpiar la vitrocerámica es mucho más cómodo, aunque hay que saber qué usar para sacar toda la suciedad incrustada en las placas sin dañarlas.
2. La vitrocerámica es muy moderna pero aun así hay que llevar a cabo ciertos cuidados para lavarla y que no queden rayas o arañazos. Para limpiar los restos de comida y agua existen diversos trucos que se presentan a seguir.
Una esponja combinado con un producto específico para placas es una de las formas más eficientes y utilizadas para extraer la suciedad de la vitrocerámica. Es mejor dejar actuar el limpiador algunos minutos antes de proceder a lavar la superficie. Para las manchas más difíciles o grandes es preferible aplicar el producto directamente encima.
3. Para limpiar la vitrocerámica también puedes mezclar bicarbonato con vinagre hasta que quede una especie de pasta, la cual va ser muy efectiva para pasarla sobre la placa con un papel y extraer toda la suciedad.
4. Una vez la vitrocerámica esté fría, hay que pasar hielo por todo el aparato con una paleta para remover la grasa que se haya podido quedar adherida. Luego, se da el toque final con la cuchilla.
5. Antes de secar la superficie, un buen truco es frotar un limón y pasarle un trapo o toalla adherente. Esto más que remover las partículas incrustadas, colabora en mantener el brillo de las placas. Éste es sólo uno de los usos que se le pueden dar al limón dado que también puede ser empleado para perfumar cualquier estancia.